martes, 23 de junio de 2009

DETRAS

Muchas veces hay cosas que son imposibles de olvidar, y cuando estamos obsesionados con algo queremos tenerlo pase loq ue pase, imaginar que alguien te ame resulta igual de dificil, porque el amor no se puede a la fuerza, y quizas pienses que las cosas van a ir de mal en peor, porque tu eres la que tiene defectos y hasta te comparas con la otra persona, tal vez ahora ya estoy viajando en mi vida, si asi fue, yo queria mucho a una persona pero las cosas no funcionan, mi hermana dice que el amor es como una planta y cuando la riegan una persona a veces ahoga a la planta, podria ser mi caso y el de mcuhas personas pero aun asi, nunca hay que tener miedo de volver a amar ni de sentirse derrumbado porque las coas siempre tienen que mejorar dia con dia, y gracias tambien a Nieves por recordarme que el amor puede ser mejor, la vida sigue y el amor pasa, pero lo que existe en el alma de cada persona, NO, siempre va a estar ahi recordandonos que hay un dia nuevo para empezar.

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte: - Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total...

Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada. El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:

-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje –el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas –le dijo- mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación-

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía “ESTO TAMBIÉN PASARA”.

Mientras leía “esto también pasará” sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo. El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo: -Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.

Anillo-¿Qué quieres decir? –preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.

-Escucha –dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero. El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado. Entonces el anciano le dijo:

-Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.

Lo más importante es no identificarse con las circunstancias de la existencia; la vida es como una película, y es de hecho una película que tiene un principio y tiene un fin. Distintas escenas van pasando por la pantalla de la mente; el error más grave de nosotros consiste en identificamos con esas escenas.

Vale esta muy bueno niñas leanlo y Dios las bendiga.
Siempre s epuede empezar de nuevo.

2 comentarios:

  1. Me encanta esa historia me la dejastes en un comentario y se me quedo grabado.
    Todo va a pasar.
    Ya llegaran momentos mejores y peores solo ahi que saber aprovechar y vivir esos momentos y aprender de los malos.
    Creo que esa frase tiene razon todo pasara
    En mi caso ya quiero que pase todo lo bueno pronto.
    TE ADORO MUCHO HERMANITA
    TE QUIERO Y YA SABES LO QUE TE DIGO SIEMPRE.

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  2. carmen kisiera agradecerte por tus palabras siempre.. que aunque sea mala alumna y no te haga caso en muchas cosas... es lindo escuchar que alguien viene a darte un buen mensaje. Gracias que aunque no te lo diga para mi eres importante, y tus palabras le llegan a mi mente loca!! Besos

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